Hoy se ha celebrado una reunión informativa para los alumnos que el año que viene quieran disfrutar del programa Erasmus, y una vez mas, la reunión ha sido algo mas parecido a una burla que una reunión de verdad. Ha consistido en una simple información a los alumnos, sin ningún tipo de dialogo ya que el jefe de estudios ni el director, hacedores del nuevo reglamento, han estado allí para poder resolver las dudas o las preguntas de los alumnos, solo ha estado Carmen para trasladar la información que le han pasado, sin ningún tipo de opción al debate o algo parecido.
Esta estafa a la que nos esta acostumbrando el director, Alberto Zulueta, ha producido un asombro y rechazo en los alumnos que han asistido, que inmediatamente han redactado la siguiente carta que reproduzco a continuación y que os podéis descargar en euskera y castellano.
Señor director,
Acabamos de asistir a la reunión informativa de Erasmus. Ya que no hemos podido reflejar nuestras discrepancias a la directiva, le hacemos llegar esta carta como única forma de comunicarnos con usted.
Viendo los cambios efectuados en el programa Erasmus, especialmente en el sistema utilizado para asignar las plazas a los alumnos, queremos mostrarle nuestra sorpresa e indignación al respecto.
Los últimos años, el método utilizado era dar prioridad a los alumnos de últimos cursos, ya que tienen más conocimientos arquitectónicos, por lo que podrían aprovechar más intensamente la experiencia en el extranjero; como se ha ido viendo en los últimos años. Por otro lado, se tenía en cuenta que los alumnos de últimos cursos tenían menos opciones a esas alturas de la carrera de tomar parte en el programa Erasmus.
Con la nueva legislación, a nuestro parecer, se restringe totalmente dicho programa. Por un lado, no se valora la sabiduría y la experiencia en el campo de la arquitectura adquiridos durante años de estudio, pues ha desaparecido la bonificación por asignatura aprobada. Por otro lado, al pedir un buen expediente académico, no se tiene en cuenta la dificultad de la carrera de arquitectura, pues ya por falta de tiempo, como por exigencias de las asignaturas, no es común tener una media comparable a un buen expediente académico en otras carreras. Más concretamente en el caso de los alumnos que ahora están en últimos cursos, que hasta el momento no han podido acceder a las plazas solicitadas porque los de cursos superiores tenían prioridad. Se encuentran ahora con que es su última oportunidad de acceder al programa y nadie les puede asegurar la plaza ajustada a sus posibilidades.
Por lo tanto, proponemos a la hora de repartir las plazas:
_Instaurar un sistema de bonificación por créditos, donde realmente se valore los años de aprendizaje en la carrera.
_Suprimir definitivamente el requisito de tener una nota media de un 6, ya que no nos parece razonable que haya un nota mínima debido a que sobran plazas.
Teniendo en cuenta que tenemos que entregar la solicitud en 21 de Enero, esperamos una respuesta o reunión urgente.
Agradeciéndole por adelantado la atención prestada, les saludan
Los alumnos interesados en el programa Erasmus
Hay que apuntar, que tras la reunión a la que no han podido asistir, ha habido un lunch navideño exclusivo, al que curiosamente, si que han podido asistir.
Parece ser que el señor Alberto Zulueta esta dispuesto a cargarse el sistema Erasmus. El año pasado ya eliminaron plazas que se ofertaban porque las escuelas de destino no tenían el nivel suficiente como para estudiar allí, por lo visto somos la ostia de listos, de los mas listos de Europa, que nadie se puede comparar a nosotros. ¿Que se creen, que dirigen la mejor escuela del mundo? Cuando claramente, al menos a juzgar por los que la dirigen, estamos en una de las peores.
Las nuevas medidas están claramente dirigidas hacia un sistema elitista en el que los buenos, los guapos pueden acceder a las plazas, pero los tontos, los feos se quedan en casa, sera por eso que ellos se quedan aquí en vez de irse a sus casas.
Señor Alberto Zulueta, déjese de joder al personal, deje sus traumas en casa y venga a la escuela a hacer el bien común y no el capricho personal.