Le llamaron jornada de puertas abiertas e ilusos de nosotros, nos creimos que querían enseñarnos el edificio, pero nada más lejos de la realidad. Sin quererlo, nos vimos envueltos en una charla explicativa sobre número de créditos, modelos lingüísticos, tipos de profesorado, ejes docentes… y demás historias relativas al planteamiento académico del futuro centro, que espera abrir sus puertas el próximo septiembre. De visitar la obra, a pesar de lo anunciado, nada de nada: “total no hay más que barro y más barro y no se puede ver nada; no tiene ningún interés especial”, nos decía el director de comunicación del BCC.
Para bien o para mal, al menos 5 personas de las que allí acudimos, al punto de encuentro en el edificio central de Miramón, hace años que elegimos otro camino distinto del que te lleva hacia las estrellas michelín. Tampoco resultó que ninguno de nosotros tuviera intención de comenzar otra carrera después de terminar Arquitectura, por más estupenda y maravillosa que nos pintaran la ciencia gastronómica. Por tanto, salimos y nos dirigimos a la obra, donde nadie nos invitó a pasar ni tampoco nos lo prohibió, simplemente accedimos. Con cámara de fotos en una mano y almuerzo de lo más casero en la otra [ironías de la vida], recorrimos atentamente las dependencias mientras los operarios proseguían con su trabajo, desempeñando su labor sin inquietarse en exceso por nuestra presencia.
No seremos de los “50 privilegiados que conformarán la primera promoción de esta facultad de Mondragon Unibertsitatea, única en Europa”, pero también somos estudiantes (de la EHU) y habremos sido de los primeros en pisarla. Este es el resultado de la visita a este edificio proyectado por los VAUMM y desarrollado por LKS:
http://www.flickr.com/apps/slideshow/show.swf?v=71649
No sé a quién escuché una vez, que los proyectos si necesitan demasiada explicación, dificilmente podrán ser buenos proyectos. Éste, su idea [no sólo su imagen], se entiende a la primera. Incluso para alguien que fuera recién aterrizado y lo viera por primera vez, sin conocer antecedentes, a buen seguro lo comprendería bastante rápido. Esto tampoco le niega su complejidad, en términos no sólo constructivos, sino conceptuales: son unas bandejas apiladas, pero son unas curvas de nivel, pero es un gran acceso a un parque, pero son unas terrazas con vistas privilegiadas sobre Donosti, etc, etc. Todo eso y más, sin necesidad de recurrir a lo evidente. Libertad para la imaginación de cada uno. Por eso me gusta.
Dicho queda, para que no me digan que no hago constar mi opinión, aunque sea a grandes rasgos.