La Iglesia de Moneo, casi a punto

Con este post presentamos una segunda entrega sobre la Iglesia de Riberas de Loiola [el anterior artículo es de Abril de 2009], ahora bautizada oficialmente con el nombre de Parroquia de IESU (Jesús en griego), pero que nosotros vaticinamos se seguirá conociendo popularmente como la Iglesia de Moneo: su nombre de marca. Además, todo aquí es según San Rafael.

Fotografía: Jonathan Chanca

El fin de semana pasado, recién superadas las vacaciones de Navidad, una pequeña comitiva tuvimos la ocasión de conocer el interior, justo cuando restan pocos meses para su inauguración. Tenemos que agradecer especialmente a María Yáñez las molestias tomadas para conseguir la visita, y al párroco de Loyola Jesus Mari Zabaleta, por su amabilidad y sus magníficas explicaciones. ¡Todo un lujo!.

Esta era una visita que a mi personalmente me hacía ilusión, tras haber seguido con periodicidad pacientemente durante 3 años la evolución de las obras, desde que la cimentación vislumbraba ya las trazas de la planta de cruz griega. La construcción del Kursaal me cogió demasiado joven. Por eso ahora, aunque no tenga nada que ver, no quería dejar pasar la oportunidad, porque un ‘Moneo’ en tu ciudad no se construye todos los días. Llamadme mitómano si queréis.

Empezando precisamente por el Kursaal, siguiendo por las viviendas del Urumea hasta Riberas, nada más llegar nos advierten de que las tres obras de Moneo en San Sebastián están alineadas sobre un eje casi Norte-Sur. Algo en lo que realmente yo no había reparado y que me produce una pequeña sonrisa. Así comenzó una visita que duró una hora y tres cuartos aproximadamente [podéis ver un modesto video-resumen a continuación], en un día típicamente donostiarra, nublado y con una luz tamizada que en este caso influye mucho a la percepción del espacio intramuros, por la manera en que las sombras se recortan de un modo mucho más difuso.

Quería puntualizar que sin quitarle un ápice de conmovedora, mentiría si dijera que todo me pareció genial y perfecto, y ¡mentir es pecado!. Por tanto, por aquello de seguir cultivando la visión crítica, aunque hablar de una obra de Rafael Moneo son palabras mayores, expondré también mis opiniones disonantes aun a riesgo de equivocarme y de ser excomulgado.

Comenzando por el nártex, desde fuera uno se podía hacer la equivocada idea de que esta galería volcada al patio interior, que se forma entre el volumen cúbico y la “L” auxiliar de las aulas-despachos-viviendas, fuera un remanso de paz, una estancia silenciosa que te trasladara a otra dimensión espiritual, pero lo cierto es que una vez dentro, comprobamos que las grandes celosías de madera del muro de la Avda. Barcelona y de la puerta principal, anulan esa posibilidad. Es aquí, junto a la entrada secundaria, donde J. M. Zabaleta nos desvela algunas de las claves del proyecto: “siempre es difícil pronunciar con hormigón las cosas, pero era muy importante expresar la idea de la transcendencia. […] Hacer una iglesia no es un problema decorativo, es un problema de escala. Tienes que tener la percepción de estar en un lugar insólito. […] Una arquitectura pura que es la que te hace tomar conciencia del acto humano en la naturaleza. […] Moneo buscaba recuperar la tradición y  nos regala una síntesis de la historia y de su memoria cultural a sus 73 años de edad”.

Fotografía: Jonathan Chanca

Románica por su concepción muraria y su espesor. Gótica por la verticalidad y por la búsqueda de la luz. Así lo entiendo yo al menos. Pero el juego de las cosas que no son lo que parecen cuando se trata de proyectar una iglesia, no me parece lo más indicado. Desde esta percepción tengo sensaciones encontradas respecto a la nobleza constructiva de la obra. El “Dios lo ve” de Óscar Tusquets, nunca mejor dicho, descubriría aquí un esqueleto de postes y vigas de hormigón forrado de bloques también de hormigón, revestidos a su vez con un raseo de cemento blanco de última generación. Demasiados ingredientes para mi gusto, para aparentar ser un muro macizo, una estructura monolítica. Un quiero y no puedo, que supongo que es consecuencia de la pretendida grandiosidad y su alto precio para alcanzarla.

La nave interior, un gran cañón blanco de 21m de altura, de líneas neutras e inundado de luz cenital, es necesariamente emocionante. Mi duda es: ¿hubiera sido posible más o igual con menos?. Está bien demostrar que la parroquia de un nuevo barrio, no tiene por qué condenarse obligatoriamente a los bajos de cualquier bloque de viviendas. Pero entre eso y un templo para 300 fieles monumental, estoy seguro de que tiene que haber un punto medio.

No se ha escatimado tampoco en el apartado del equipamiento, que sería un capítulo muy extenso, pero que podríamos resumir enumerando la siguiente lista de detalles:

– Todo el mobiliario (bancos, altar, púlpito, etc) es de roble. La madera de todas las partes al exterior es de cedro canadiense.

– El órgano es sencillamente espectacular, de un valor incalculable. Es de la marca Bach, especialmente diseñado para tocar las obras del compositor.

– El altar es una mesa de madera maciza donde «caben exactamente 13 personas«, comprobado por Moneo y doce arquitectos más de su estudio, que estuvieron sentándose de distintas maneras alrededor, para ver la medida exacta.

– La iluminación consiste en una serie de lámparas cónicas suspendidas de una red de tensores, inspirado en el sistema de la Mezquita Azul de Estambul.

El conjunto lo completan una serie de piezas escultóricas cargadas de simbología, encomendadas a distintos artistas locales. Es el caso de la maternidad de José Ramón Anda que se encontrará nada más entrar por la puerta pequeña a la iglesia, o el retablo de unos tres metros de altura de Javier Alkain. La pila bautismal, la vidriera de acero+alabastro y el hipercubo del sagrario son del propio Rafael Moneo. Tampoco se descarta la incorporación de tapices que vendrían a mejorar la acústica, puesto que el gran volumen y la superficie lisa de las paredes produce una gran reverberación.

Fotografía: Jonathan Chanca

Antes de acabar quería contar como anécdota que los días de lluvia, la cruz recortada en el muro Este (el lado hacia la autopista), derrama una mancha de humedad que desciende por la fachada, produciendo el mismo efecto que en la Basílica de Arantzazu se da a los pies de la ‘Piedad’ cayendo hasta los apóstoles, lo que a Oteiza le gustaba describir como las lágrimas de la virgen. Se da la circunstancia de que Arantzazu como todo el mundo sabe es de Javier Sáenz de Oiza, maestro de Don Rafael, y Moneo cita además reiteradamente a Oteiza y a Chillida en la memoria de este proyecto. ¿He aquí un pequeño homenaje, o todo es fruto de una mera casualidad, de una divina coincidencia?. Cada cual que lo interprete como quiera.

Pido perdón por haber repetido tanto la palabra Moneo, pero son las exigencias del guión. Espero les haya gustado la visita virtual y sobre todo les guste la visita real, en cuanto tengan la oportunidad. Merece la pena.

Queden con Dios.

Por Jonathan Chanca.

4 pensamientos en “La Iglesia de Moneo, casi a punto

  1. Buen post!! yo también he ido «vigilando» las obras!! Por comentar,hay una maqueta de la SUPER-IGLESIA (nunca mejor dicho, ya que esta iglesia tendrá un super en los bajos..) en la sucursal de kutxa de riberas.
    Planteas la duda»¿hubiera sido posible más o igual con menos?No creo que este sea el mejor caso para ello, ya que se ha logrado un espacio muy digno utilizando pocos recursos. El resultado arquitectónico es muy bueno.
    Otra cosa es si la iglesia debe gastar su dinero en nuevas iglesias en vez de dedicarlo a fines mas sociales…

  2. Hola,
    Te felicito por el post aunque discrepo con algunas ideas que manifiestas:
    – Una iglesia debe ser monumental y simbólica y a la vez acogedora con los fieles
    – Hecho de menos algún elemento simbólico e identificador como es la presencia de un campanario
    – Me gusta mucho la importancia que tiene la luz

  3. ¡Enhorabuena por al artículo! está claro que te vas superando a tí mismo. Yo creo que la más importante de lo que haces es que compartes con todos nosotros esa experiencia, porque gracias al video y a lo que nos cuentas hemos podido tener esa visita «no presencial», eres muy generoso por compartirlo con todos, y espero que eso sea valorado por más gente cada día. Un saludo y esperamos que nos sigas contando cosas tan interesantes como esta.

  4. Sólo informaros que el supermercado (superamara) y 100 aparcacamientos, no van debajo de la Iglesia, sino en los sótanos del edificio añadido a la misma.Además ha sido necesario dicha construcción para poder financiar la obra sin que ni a la Iglesia ni a los contribuyentes nos cueste un duro la misma.Añadir que la existencia de un empresa como superamara en un barrio de 3000 personas como Riberas no sólamente es necesaria sino IMPRESCINDIBLE.Dile a tu profesor que distinga entre un supermercado necesario para el barrio y un prostíbulo.Los vecinos de Riberas están muy orgullosos de tener una Iglesia, sea quien sea el aruitecto que la haya construído.Salu2 Jorge

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